Fragmentos, Cuando Dejes de Huir
Hola chic@s,
Sigue otro fragmento de Cuando Dejes de Huir. Espero que os guste.
Besos y buen fin de semana.
La novela está en venta en Amazon.
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«Esta es mi amiga Raquel, cualquiera le lleva la contraria. No sé si reírme o ponerme a llorar. Por más que
intento ser positiva, no soy capaz de apartar de mi mente las experiencias
negativas que he tenido con los chicos, principalmente el de mi última cita. El
recuerdo de sus manos moviéndose por mi cuerpo, el malestar que sentí cuando me tocó los
pechos. Me dolía el estómago, el corazón se me salía por la boca, me temblaba
todo el cuerpo. Y el chico se creía que temblaba de deseo por él, pero nada más lejos de la realidad: estaba teniendo un ataque de pánico. Sin embargo como él tenía toda la sangre en su entrepierna, los demás sentidos no le
funcionaban, y no se percató de lo que realmente me pasaba.
Necesito poner mis pensamientos en perspectiva, no puedo dejarme
llevar por el pánico. Ya no soy la misma de antes. Las sesiones con la
psicóloga me ayudaron mucho, aunque sé que el proceso es lento, un paso adelante y otro atrás. Mi mente
me juega malas pasadas, es una batalla constante entre lo que sé que debo hacer, la reacción inconsciente de mi cuerpo al contacto físico, y el
miedo normal a lo desconocido. ¿Cómo sería si pudiera tener una vida sexual normal? Seguramente ahora
estaría dando saltitos de alegría y comprando lencería sexy.
Algunas veces tengo ganas de gritar. ¡No os dais cuenta de que ese hombre es un enfermo sin
corazón! Pues no... Claro que no. Alicia, deja el drama. Mejor me vuelvo al trabajo. Tengo un taller
de restauración en mi casa y me encanta lo que hago. Cada vez que veo un mueble
que nadie más lo quiere, me brillan los ojos, pues sé que no está perdido. Cuando lo restaure,
nadie lo va a reconocer y todos lo querrán. Es parecido a lo que necesito
hacerme a mí misma. Restaurarme. Transformarme en otra persona, ser libre y dejar
de vivir con miedo. Decido llamar a mi hermana. Hablar con ella siempre me
calma.
—Hola, Helena.
—Hola, tetona.
—¡Oye!, ya te
he dicho que no me llames así.
—¿Quién te manda ser tan
egoísta, y quedarte con tu parte y la mía?
No podíamos ser más diferentes la una de la otra: yo soy rubia con
los ojos azules, ella, castaña con ojos verdes. Tenemos más o menos la misma
estatura y peso, pero no estoy bien proporcionada, según mi criterio, por supuesto. Creo que mis
pechos deberían ser un poco más pequeños, no es que no me gusten, son bonitos,
redondos y firmes, pero me encantaría pasar desapercibida y con esos pechos es
prácticamente imposible. Tengo unos labios carnosos y rojos que según mi
hermana, después de los pechos, son
mis puntos fuertes. Helena tiene un cuerpo perfecto. Bueno, según ella, le
faltan pechos. Como típicas mujeres que somos, jamás estaremos contentas con lo
que tenemos.
—Te las regalo, no hacen más que causarme problemas.
—¡Hey! ¿Qué te pasa?
—Nada, no me pasa nada.
Si pudiera
contarte lo que realmente me pasa. Si tuviera el valor suficiente para abrir mi
corazón.
—Vale, cuéntame, ¿cómo te va con el mueble que estás restaurando? Creía que no
había salvación.
—Está quedando estupendo, tienes que pasar por aquí para verlo, el
martes se lo llevan. Creo que es una de mis mejores restauraciones.
—Siempre dices lo mismo. Y el trabajo en la finca de Jerez, ¿qué has decidido al final?
Mi hermana no
es capaz de dejar el tema.
—Todavía no lo he aceptado, no me gusta estar lejos de mi casa.
—Si no aceptas eres tonta, es una oportunidad única para dar a
conocer tu trabajo. Además, conocerás gente nueva.
No me gusta
salir de mi zona de confort.
—Ya veré lo que hago, todavía tengo unos días para contestar.
Marcos es un
colega de la universidad, se dedica al dorado en pan de oro, a la ebanistería,
a la restauración de muebles como yo y, además, tiene una reputada tienda de
antigüedades. Su padre es un famoso restaurador de obras de arte, toda una
eminencia. Y gracias a sus contactos no le falta trabajo. Algunas veces, cuando
está saturado cuenta conmigo para que le ayude, pero son trabajos pequeños que
hago en mi taller. Esta vez es diferente: tiene un trabajo grande e importante
en una finca de Jerez y quiere contar conmigo. Para mi currículum profesional
sería una gran oportunidad. El problema consiste en trabajar con personas a las
que no conozco.
—¿Qué tal si mañana quedamos a comer? O podríamos salir por la noche, hace tiempo que no salimos juntas, y
desde que me separé del bebedor de fruta fría frigorizada, este cuerpo no recibe un
homenaje.
Empiezo a reírme.
—Se te ha ido la olla. «Fruta fría frigorizada», ¿de dónde lo has sacado?
—De un dibujo para niños, la fruta fría frigorizada cuando la bebes
mucho te deja el cerebro congelado, y ya no te acuerdas de las chorradas que
has hecho, o sea, descerebrado como Roberto.
—Creo que estás viendo demasiados dibujos para niños.
—Lo entenderás cuando tengas los tuyos, guapa.
Mi hermana es única.
—Bueno, en qué quedamos. ¿Salimos mañana? —vuelve a preguntarme.
—Mañana no puedo, he quedado con Raquel, voy a acompañarla a un
evento que organiza su empresa —miento descaradamente.
—Pues el domingo entonces, así ves a tus sobrinos. Te echan de
menos.
—Creía que estarían con Roberto todo el fin de semana.
—Eso fue lo que pactamos, pero él tiene un viaje de negocios o, mejor dicho, «viaje para follar con su secretaria». Prefiero que estén conmigo.
—De acuerdo, quedamos el domingo, pero ven a una hora normal.
—¿Y qué hora es esa, Reina de Saba? Porque para mí, la hora que mis angelitos me despiertan es la
hora normal.
—Las doce, por ejemplo, es una hora normal.
—Vale, que sean las doce. Llevaré las bebidas y el postre. Intenta divertirte, quién sabe si encuentras a tu príncipe azul.
A lo mejor
encuentro a mi cavernícola oscuro, tiene toda la pinta de ser posesivo,
controlador y dominante.
—Lo intentaré. Hasta el domingo. Dale un besito a mis amores.
Mi hermana
lleva cinco meses separada, su exmarido le ha puesto
los cuernos. No ha sido fácil para ella, con dos niños de cuatro años y mellizos. Ellos son preciosos: la niña se llama Sofía, es
blanquita de piel, tiene un pelo castaño con flequillo, ojos verdes, una carita
redondita que parece una luna llena, es una muñeca. El niño también es guapísimo,
se llama Fabricio, es blanquito como su hermana, tiene el mismo tono de pelo,
pero sus ojos son marrones. Son mi mayor debilidad, hacen conmigo lo que
quieren.
Continúo con mi trabajo, he perdido prácticamente toda la mañana.
Este es mi lugar preferido, me encantan los olores que emanan del taller. Hubo una época en mi vida que si no hubiera encontrado
ese trabajo creo que habría cometido una locura. Paso el resto del día
trabajando. No he parado ni para comer. Cuando miro la hora que es pego un salto y salgo
corriendo hacia la ducha. Tengo
que arreglarme antes de que llegue mi amiga Raquel, porque a ella le gusta
jugar a la Barbie conmigo. Y bastante tendré con lo de mañana.
Estoy saliendo de la ducha cuando suena el timbre. ¡Será posible
que esta loca ya esté aquí para atormentarme!
—¡Voy! —grito y le abro
la puerta.
—¿Cómo es qué todavía estás así?
—Hola, guapa, ¿qué tal estás?
—Corta el rollo que vamos tarde.
—Todavía faltan quince minutos. —Me doy la vuelta y me pega una cachetada en el trasero—. ¡Será guarra!
—Ali, Ali, con quince minutos no tienes ni para arreglarte el pelo.
—Pues ya verás que con trece me arreglo enterita. ¿Qué planes tienes para hoy?
—Hoy vamos a ir de compras, y mañana tenemos cita en el spa. Depilación
brasileña incluida.
—¿Cómo? —pregunto asustada.
Odio el dolor y la depilación con cera es una tortura.
—No me mires con esa cara. Luego te invitaré a comer. ¿Qué te parece?
—¿Me está permitido opinar?
—Pues la verdad es que no. —Se ríe.
Se está
divirtiendo la muy cabrona. Me visto con lo primero que encuentro y en un
minuto estoy arreglada.
—Vamos. Estoy lista para la tortura —le digo y doy un profundo suspiro.
—¡Qué exagerada eres! —Se ríe y pone los ojos en blanco».
Hola AM silva,
ResponderEliminartodavía no había leído tu novela, pero al leer los fragmentos que has publicado me he animado y la he colocado en mi lista de noverlas. Ya te diré lo que me ha parecido. Besos
Hola AM silva,
ResponderEliminartodavía no había leído tu novela, pero al leer los fragmentos que has publicado me he animado y la he colocado en mi lista de noverlas. Ya te diré lo que me ha parecido. Besos
Gracia sobrevivir, espero de corazón que te guste. Ya me contarás. Un beso grande,
EliminarAlexandra